El hojaldre es para mí fundamental, se pueden hacer muchísimas cosas ricas con él. Como tenía en casa una y estaba a punto de caducar, decidí aprovechar y hacer unas palmeritas. Así mi padre se ahorra el comprarse pastelitos para el café :P
Es facilísimo de hacer y siempre quedas bien, porque aunque te salgan más o menos bonitas (esta vez me salieron algo feillas la verdad), siempre están buenas y se hacen en un momento sin ensuciar casi nada de la cocina, jeje.
INGREDIENTES:
- 1 lámina de hojaldre
- azúcar
- huevo batido para pintar
Precalentar el horno a unos 200º mientras vamos preparando las palmeritas.
Extender la lámina de hojaldre completamente y estirarla un poco con un rodillo de manera que todas las esquinas queden bien.
Espolvorear sobre ella una capa de azúcar con ayuda de una cucharilla, que haya por todos los bordecitos.
Se dobla cada uno de los extremos hasta el centro de la lámina, se vuelve a rociar de azúcar y se pasa el rodillo con cuidado para que se fije el azúcar a la masa. Se vuelve a doblar de nuevo cada extremo, se da otra capa de azúcar y se vuelve a doblar.
Se corta en rodajas de un centímeto más o menos y se colocan en la bandeja del horno sobre un papel vegetal algo separadas puesto que después se ensachan.
Yo las bañé con un huevo batido para que quedaran con un dorado más bonito y brillante, pero es opcional.
Introducir en el horno durante 10 minutos y seguidamente darles la vuelta y dejarlas que se doren 2 ó 3 minutos más, hasta que tengan el color deseado.
Esta vez las hice con la masa de hojaldre de La Cocinera, pero en realidad viene mejor la del Lidl puesto que es de forma rectángular y queda mejor al doblarla.
La próxima vez intentaré hacerlas de chocolate, ya os contaré :)
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