domingo, 3 de octubre de 2010

MAGDALENAS DE NATA

Qué mejor que hacer algún postre casero cuando estás aburrida y tienes tiempo libre. Sí, pasa poco, ya casi no sabemos lo que es el tiempo libre, pero de vez en cuando siempre tenemos un ratito en el podemos meternos en la cocina a hacer estas cosas tan ricas.

Ríquisimas, lo malo fue tener que esperar a que se enfriasen para poder probarlas, aunque por el olor que dejaron por toda mi casa ya me imaginaba que estarían de rechupete.



INGREDIENTES:
  • 350 gr. de harina de repostería
  • 240 gr. de azúcar
  • 10 gr. de azúcar avainillada
  • 250 gr. aceite de girasol
  • 100 ml. de nata líquida
  • 1 sobre de levadura Royal
  • 4 huevos
  • 1 ralladura de limón
  • una cucharada de bicarbonato 



PREPARACIÓN:

Separar en dos cuencos las yemas de las claras de los huevos. Batir las yemas con el azúcar (tanto el normal como el de esencia de vainilla) hasta obtener una masa esponjosa.

Incorporar ingrediente a ingrediente la nata, el aceite, la ralladura de limón, la harina , la levadura y el bicarbonato, en ese orden, pero siempre mezclándolo todo muy bien, antes de incorporar el siguiente ingrediente.

Por último y cuando esté todo bien ligado, agregar las claras previamente montadas a punto de nieve, y remover con movimientos envolventes para que no baje la masa.

Dejar reposar la masa mínimo una hora para dejar que la levadura y el bicarbonato hagan su efecto.

Precalentar el horno a 250 ºC, esto es muy importante para que nada más entrar las magdalenas, tengan esa explosión de calor.

Poner en un molde rígido para magdalenas los moldes de papel. Rellenarlos con la mezcla anterior hasta las 3/4 partes de cada molde. Introducir en el horno y bajar la temperatura a unos 200 ºC depende del horno que tengáis, y dejad que se hagan unos 15 minutos, o hasta que hayan subido y están doraditas.

Dejad enfriar y preparaos para disfrutar.



Saben exactamente igual que las de la Bella Easo, que a mi gusto son las más ricas, así que tal como las probé me convertí en la mujer más feliz del planeta en ese instante.

Desde que he aprendido a hacer magdalenas, creo que no volveré a comprar ni un paquete más en la calle. Son tan fáciles de hacer y salen siempre tan ricas...Mejor lo casero siempre, y más cuando se hace con cariño :)

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