Que ilusión me hizo cuando los puse en el plato y estaban ahí enteritos, con su yema perfecta...ainssssss, que monada.
En realidad a mí no me gustan los huevos fritos, pero oye, también tengo que aprender a hacerlos, no?
INGREDIENTES:
- 1 huevo
- aceite de oliva
- sal
Verter el aceite en la sartén hasta que cubra bastante bien el fondo.
Cascar el huevo en un recipiente a parte teniendo cuidado de que la yema quede intacta y no se rompa.
Pasar el huevo del recipiente a la sartén, poner el fuego bajito, y poco a poco con una espumadera ir salpicando al huevo con el aceite de alrededor para que no se formen burbujas.
Cuando la yema adquiera el color deseado, retirar del fuego. No dejarlo demasiado tiempo puesto que la yema podría cuajarse demasiado y nos quitaría nuestro momento "moja pan", que en realidad, seamos sinceros todos, es lo único rico del huevo frito, jeje.
Una vez ya con el huevo en el plato, echar un pellizquito de sal sobre éste. No echarle antes mientras se está friendo puesto que nos podría saltar y quemarnos.
Y listo, que disfruten los amantes d elos huevos fritos, lo único que me faltó ese día de acompañante del plato, eran unas buenas patatas fritas, pero en fin, al menos eso me salió bien.
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